Herram. Eval. Entornos Virtuales

En la actualidad en la sociedad en la cual vivimos, que es la de la información y la comunicación, ha cambiado nuestro estilo de vida en todos sus ámbitos, es por ello que también ha cambiado nuestra forma de enseñar y de aprender, para adaptarnos  a las necesidades de la sociedad actual que lleva un ritmo acelerado y que crece a escala global (Castells, 2010). Uno de estos cambios, más relevantes, es la posibilidad de su desarrollo en la modalidad de formación virtual mediante plataformas educativas.

La formación virtual, además de considerar ventajas competitivas, como afirman Bergiel, Bergiel y Balsmeier (2008), se fundamenta principalmente en la posibilidad de ofrecer formación a un  número mas elevado de personas que en la formación presencial, a un menor costo, sin límites geográficos o de horarios, personalizando el aprendizaje, donde la innovación, la generación de conocimientos y la velocidad de respuesta, entre otros, son cruciales; generando lo que algunos autores han denominado como un nuevo paradigma de enseñanza-aprendizaje.

Sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que uno de los elementos primordiales para el óptimo desarrollo de la formación virtual son las herramientas de e-learning, b-learning y plataformas educativas. Según Cabero (2006:8), “no serán los determinantes técnicos del sistema los que marcarán su calidad y y su eficacia, sino la atención que les prestemos a las variables educativas y didácticas que se ponen en funcionamiento”, por ello, previamente a la consecución de las competencias que se pretenden alcanzar en dicho encuentro educativo, será necesario desarrollar el aprendizaje autónomo y el correcto uso de las tecnologías de la información y comunicación.
Podemos resaltar que el buen uso de las nuevas tecnologías de la información para la docencia, es sin duda una opción ventajosa, tanto para el cuerpo docente como para el discente; no obstante, aunque la habilidad en el manejo de las herramientas requiere de un periodo de adaptación y práctica, las dificultades pueden ser superadas con la planificación explicita del uso de la plataforma y la valoración del esfuerzo continuo requerido del alumnado. Pero es fundamental que el objetivo final, lejos del mero instrumentalismo, sea el uso de estas herramientas como medios para la construcción compartida del conocimiento en comunidades de aprendizaje (Lave y Wenger, 2003).
La variedad de herramientas tecnológicas que pueden ser utilizadas en los salones de clase es cada día más amplia. Sin embargo ,cabe anotar que a pesar de todas las facilidades que hay para la capacitación en el manejo de estas herramientas, muchos docentes cuentan con poca preparación o formación para insertar estas tecnologías en el ámbito educativo, aún cuando existen diversos estudios desarrollados por diferentes organismos, como la UNESCO, y países con leyes que plantean la incorporación al ámbito educativo de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC).
La Internet con sus múltiples y variadas aplicaciones, permite interactividad con un sinfín de escenarios. Aplicaciones para acceder, expresar, crear, publicar ,difundir;  y buscar información de la que interesa, para estar siempre actualizados; buscadores especializados; redes sociales educativas, etc. El reto está  en determinar qué tanto se aplican en el ámbito educativo. Por otra parte, en la actualidad es común ver a los jóvenes con equipos electrónicos que les permiten almacenar volúmenes importantes de información o estar permanentemente conectados a la red de redes.




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Eficacia escolar y factores asociados en américa latina y el caribe, Organización de las Naciones Unidas para le Educación , la Ciencia  la Cultura, Chile, Septiembre 2008.
http://unesdoc.unesco.org/images/0016/001631/163174s.pdf


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